Invernal al Pissis
Un nuevo capítulo invernal se abre en los +6500. El objetivo planteado es el Nevado Pissis (6.795 m) y el equipo está integrado por Arkaitz Ibarra y Ulises Kusnezov. El primero, vasco de nacimiento pero afincado en Mendoza en los últimos años, protagonizó las primeras invernales al Bonete (6.759 m), Tres Cruces Sur (6.749 m) y El Muerto (6.505 m) y además alcanzó en la estación fría el Walter Penck (6.658 m) y el Incahuasi (6.638 m). Ulises Kusnezov, nació en Tucumán hace 25 años y el año pasado logró junto con Ibarra los primeros ascensos invernales a El Muerto y Nacimiento (6.464 m).
La ruta programada es mediante la larga aproximación sur, y es diferente a la seguida durante el primer ascenso invernal al Pissis en 2006, cuando el itinerario seguido fue por el valle del rio Salado.
El punto de partida fue Vinchina, en el norte de la provincia de La Rioja, desde donde recorrieron 130 km por la ruta que lleva al paso de Pircas Negras hasta poco antes del refugio del Veladero. A los 4.400 metros comenzaron la larga aproximación que les insumirá varios días para acceder finalmente a la cara sur del Pissis.
Andrés Suárez en la página A Cielo Abierto rescata las palabras de Ulises: “Los últimos momentos en la civilización son especiales, terminar de armar las mochilas, dejar a mano la ropa y el equipo que se va a usar inmediatamente, ultimar detalles. Sobre todo, no olvidar nada, porque se llevan pocas cosas, casi todas indispensables. Al rato de entrar a la montaña el mundo se simplifica, la mente se relaja, las necesidades son otras, orientarse, tomar agua, acomodar la carga, más tarde encontrar un buen sitio de campamento”.
Durante la primer jornada, cumplida hoy 3 de agosto de 2019, recorrieron unos 15 km hasta donde instalaron el campo 1 (28° 7'30.90"S / 68°50'55.40"O, 4.600 m) en la ladera oeste del Pico Peñas Coloradas (4.975 m). En el sitio indicado, montaron la tienda al resguardo del viento y luego de instalarse se comunicaron indicando la posición geográfica.
Ulises Kusnezov
Continúa Suarez: “Los andinistas suelen crear sus propias reglas, su propio modo de hacer las cosas. Por eso Arkaitz y Ulises descartaron usar camionetas doble tracción para salvar parte de la distancia. No quieren que se les escape ni un metro de esa travesía, les apasiona enfrentar esta lucha desigual. Es el tesoro oculto en estas montañas, el aislamiento, las grandes distancias, la aspereza del invierno en la Puna. Ellos que han andado por cerros de todo el mundo saben bien que recorren terreno extraordinario, no hay montañas como estas, casi parecen de otro planeta. Agua en estado líquido no hay, solo algunas lagunas tan salobres que ni siquiera se congelan. Todo es lava y ceniza volcánica, nada de árboles o arbustos, apenas pastos duros o plantas tipo cojín (yaretas o cuerno de cabra)”.
Mañana continuarán otros 15 km hasta la quebrada de las piedras, en la ladera oeste del Bonete y seguramente el lunes 4 alcancen un punto sobre el plano arenoso del Rio del Medio para al otro día tocar la margen oeste de la Caldera del Inca a prácticamente 5.500 m. Desde allí faltarán aún dos o tres campos de altura para poder finalmente pensar en ir por la cumbre.
La previsión meteorológica indica que el sábado 10 va a ser un día extraordinario para el intento, con vientos 40 km/h por la mañana, descendiendo por la tarde a 30 km/h y por la noche a 25 km/h. Las temperaturas, lógicamente bajo cero, alcanzarán -22°. Sin dudas, el equipo, podría aprovechar esa ventana puntual, antes que los vientos nuevamente superen los 100 km/h, principal factor a la hora de determinar las posibilidades de alcanzar la cumbre.
Arkaitz Ibarra. Llevará su bota de vino tinto en la mochila?