Arkaitz Ibarra firma sus 10 x +6500 con su fuerte impronta
Cumbre en el Llullaillaco Invernal
Finalmente, el 6 de septiembre a las 13,22 hs el vasco Arkaitz Ibarra Martinez logró la cumbre del Volcán Llullaillaco, séptima cumbre de occidente, logrando concluir con el programa que reúne las montañas más altas de los Andes.
Este logro, pasa a segundo plano frente a la forma en que el escalador se lo ha planteado. Desde su ya lejanos primeros ascensos a montañas como Incahuasi y Ojos del Salado en verano y por rutas normales, el camino que fue trazando fue a través de ascensos invernales, tres de ellos logrando el primero en esa estación, o en medio de travesías de largo aliento es la verdadera medida de este derrotero.
Llullaillaco Invernal:
El ascenso al Llullaillaco, lo logra junto con Pablo Gasparini, por la ruta arqueológica. Habían arribado al campo base a 4900 metros el 3 de septiembre en plena época invernal con temperaturas de -12 grados y vientos con ráfagas de hasta 80 km/h, de acuerdo a los modelos de datos climáticos disponibles para el área. El 5 de septiembre por la tarde, alcanzaron el campo alto en el sector de la laguna seca a 5900 metros, donde instalaron el campamento desde donde intentarían la cumbre al otro día.
Finalmente, poco después de las 13 hs llegó la señal del dispositivo satelital que confirmo la cumbre. Un intercambio posterior a través de mismo emisor de datos, confirmó los detalles del ascenso.
En el recorrido del vasco por estas emblemáticas montañas se destacan los primeros ascensos invernales del Bonete (6759 m) y del Tres Cruces Sur (6749 m) en 2012, el primero del Muerto en 2018, el ascenso invernal en travesía sur – norte del Pissis (6795 m) en 2019, los asensos invernales del Ojos del Salado (6893 m) Walter Penck (6638 m) y del Incahuasi. La travesía del Ojos del Salado, Walter Penck y Pissis en 2013 y la circunvalación de la Corona del Inca, incluyendo la cumbre del Bonete y una de las del Pissis. Un ascenso rápido, marcando el récord en el Mercedario en 2014, varios ascensos guiando en el Aconcagua, uno por la arista Noroeste al Sajama, el Huascarán Sur por la garganta y el presente ascenso invernal al Llullaillaco, marcan su impronta.
Con esta cumbre, Arkaitz Ibarra se suma a quienes con anterioridad lograron ascender a las máximas cotas de los Andes, con esa caprichosa línea que significan los 6500 metros. Estas listas agrupan cierta cantidad de cimas, proponiendo programas que muchas veces son útiles para el desarrollo del deporte y la motivación a ir en busca de otras cumbres y la visión de otras geografías y culturas.
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